Ha pasado realmente mucho tiempo desde la última vez que me dediqué a seleccionar discos, reseñarlos y subirlos, así que sin ningún tipo de aburridos preámbulos metámonos de lleno en los elegidos de hoy: cuatro álbumes de reciente cosecha, todos post-2000, para regocijo de todos ustedes, amados lectores...
THE PRESETS - "Beams" (2005)Infaltable(?) en mis posts el disco para mover la patita. En esta ocasión, meneamos al ritmo de The Presets, uno de los grupos principales (junto a Klaxons, Justice y Digitalism, entre otros) de la avanzada new-rave de principios de este siglo, que tan bien conjugan las guitarras con la pista de baile.
Se trata de un dúo de australianos que —curiosamente— se conocieron cuando eran estudiantes de música clásica, pero que pronto se dieron cuenta de que no era lo suyo, y que se entendían mejor con su actual mezcla de pop, punk y electrónica, con toques experimentales.
Luego de 2 EPs, en 2005 lanzaron éste, su disco debut, un torbellino de guitarras, samplers y cajas de ritmos, que pronto llamaron la atención de DJ Hell, quien ya los fichó para su sello International DeeJay Gigolo, donde seguramente la seguirán rompiendo.
Ideal para musicalizar una fiesta de fin del mundo.
TIGER TUNES - “Absolutely Worthless Compared To Important Books” (2005)Un grupo chiquito, que ha trascendido realmente muy poco, pero que tuve el agrado de conocer —como a tantas otras bandas interesantes— gracias al colega
Amadeo.
Poco pretensiosos pero divertidos, los miembros de este quinteto danés cultor del lo-fi subieron a su página un par de temas y de a poco fueron cobrando algo de relevancia.
Éste es su primer y hasta ahora único disco: un caramelo de poco menos de media hora, repleto de tecladitos de juguete, guitarras y samplers de todo tipo (desde dibujos animados de Disney hasta películas de ninjas), que dan forma a pequeños himnos pop que seguramente te van a arrancar varias sonrisas.
Lamentablemente, en este momento se encuentran en un hiatus que parece definitivo, ya que desde hace más de un año que no graban ni salen de gira.
Tal vez estén al borde de la extinción, así que descubrilos antes de que sea tarde!
Ideal para escuchar desenterrando al conejito que tus viejos nunca te contaron que habían sacrificado.
MONADE - "A Few Steps More" (2005)Si hay una cualidad que caracteriza a los integrantes de Stereolab es su inquietud musical. Se la pasan sacando un disco atrás del otro, armando colaboraciones con otros artistas (como The High Llamas, cuyo disco en conjunto ya hemos posteado en Mamushka) y proyectos paralelos de todo tipo.
Monade es el de Laetitia Sadier, una de las cantantes del grupo (la otra es la que se la llevó puesta un bondi mientras andaba en bici, ponele). Éste es su segundo disco, después de
Socialisme Ou Barbarie, y más o menos continúa la línea musical de la banda "madre", con esa mezcla particular de kraut con lounge, sumado a pequeñas dosis de psicodelia.
En definitiva, constituye un amigable combo, tal vez más sencillo —digamos— que Stereolab, pero no por eso menos atractivo.
Eso.
Ideal para escuchar buscando nombres chistosos de calles en la Guía T.
RICHARD HAWLEY - "Late Night Final" (2002)Durante el primer mes de vida de este blog, había posteado "Cole's Corner", el hasta ahora último disco de Richard Hawley, y uno de mis álbumes favoritos de 2005. Esta vez nos retrotraemos al año 2002 para encontrarnos con su disco debut.
Recordemos brevemente quién es Richard Hawley: tocó con Pulp, con Robbie Williams, formó parte junto a Jarvis Cocker del dúo Relaxed Muscle (cuyo único disco también posteamos alguna vez), y finalmente decidió iniciar su carrera solista. Lo que ha producido desde entonces es sencillamente genial, al punto de convertirse —a mi criterio— en el máximo trovador del nuevo milenio.
Siguiendo la tradición de figuras de grandes crooners del siglo XX como Roy Orbison y Scott Walker, demuestra en sus obras su fascinación por los 50s y 60s, décadas que recrea con suma elegancia, a la vez que les añade un toque de modernidad.
Late Night Final es, como sus sucesores, una colección de canciones sencillas, íntimas y melancólicas, que dan forma a un disco majestuoso y atemporal.
Ideal para escuchar tatuándole un Osito Cariñoso al gordo que te pidió que le dibujaras un dragón.
Luciano Amarillo